20 de abril de 2016

Neologiza, que algo queda

Orate del Saliente, eremita laico y sin barba, una vez que salió de su caverna dio en observar la existencia pública de sus conciudadanos. Hastiado de su mala educación, sus malas formas, su mala sombra, creyó atribuible ese desparpajo criminal que se gastaban a que el ser humano sea había convertido en un mezquino "ancillus technologiae", incapaz de reflexión y piedad. De repente comprendió la entera verdad del mito del edén. Y que el mito consiste en suponer que lo es. (Se le revolvió la ilustración como un calcetín, la linterna iluminó la linterna.)

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