14 de septiembre de 2014

Nietzsche, Ortega, Nabokov ( images)

Si el filósofo va de cacería, para llenar su zurrón de verdades tendrá que disparar su arco. Su arco es su inteligencia, de la que arranca el pensamiento que va a la búsqueda del ser, la cosa, la verdad exterior y real. Sin embargo, su pensamiento, antes de llegar a destino, debe recorrer la mitad de su camino. Y antes aún, la mitad de la mitad. Y así sucesivamente. ( Cualquiera que dude conoce el infierno de pararse a mirar en el contorno y los interiores de una palabra o una idea, y que Descartes hizo trampa al desatascar demasiado pronto su caminar escéptico.) Por lo que si el movimiento no es, el pensamiento que lo niega, tampoco. Así que deberá usted hacer un gurruño con el papel donde se dicen estas cosas. Y si está arriba ya en el tejado, mirar por que no haya goteras que arruinen su casa .

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