La idea weberiana de una ética de la responsabilidad suministra una retórica elegante a todo político que esté en la tesitura de tomar decisiones difíciles, indecorosas o simplemente impopulares: no es esto, dirá, lo que yo habría querido hacer, pero la responsabilidad me ha forzado, y sería un frívolo o un fanático si me empeñase en anteponer mis convicciones. El médico puede decirme que no tiene más remedio que amputarme una pierna, y a nadie puede dejar esto muy tranquilo, pero lo cierto es que con frecuencia hay que aceptar determinados sacrificios para conservar otros bienes de superior valor: a veces es toda una utopía mantener íntegras las cuatro extremidades y, cuando tal cosa ocurre, más vale adaptarse a los hechos. (A. Valdecantos, " La pócima y la ambrosía ", en El País)
Blogger me avisa de que las leyes europeas, Dios las bendiga, me obligan a que avise a mis improbables visitantes y/o lectores de que mi blog usa cookies, pero a mí su aviso, incompetencia mía, seguro, no se me pone en la cabecera
1 de septiembre de 2014
Max Weber und Mariano Rajoy, und die Biopolitik
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