MADRID, 13 Jun. (EUROPA PRESS) - La disparidad de criterios que han mostrado las comunidades autónomas frente a la recomendación del Defensor del Pueblo de abrir los comedores escolares en verano provocará una desigualdad de los niños de familias vulnerables en función de su lugar de residencia. Mientras en unas zonas sí se ofrecerá este servicio, como Canarias o Andalucía, en otras, como Galicia o La Rioja, los niños tendrán las puertas cerradas. Según el Instituto Nacional de Estadística, la pobreza infantil en España alcanza ya al 31,9% de todos los menores de 16 años que viven en el país, adolescentes y niños que en muchos casos hacen la comida principal, cuando no la única, en el comedor de su colegio. Sin embargo, no hay estadística oficial que mida cuántos niños en cada comunidad autónoma afrontan una situación de malnutrición. El argumento esgrimido por quienes se niegan a apostar por este modelo, como el PP gallego o el riojano, se basa en que la medida podría "generar excesiva visibilidad" a estos casos y "discriminación", estigmatizando a los niños que acuden al comedor escolar en verano frente a los que tienen garantizado el derecho a la alimentación en casa. (Subrayado mío.)
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20 de junio de 2014
¿Mejor hambrientos que discriminados y visibilizados?
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