13 de septiembre de 2010

Plaza mayor

(Punto de vista definitivo acerca de los viajes)

En cualquier lugar al que yo viajara, lo primero que haría sería buscar los cafés y los bares, hacer lo mismo que hago aquí, buscar la compañía de los hombres para congregarlos mejor a un pequeño desprecio. En cualquier ciudad del mundo podéis entrar y ver, allí al fondo, en la semioscuridad del local, a un hombrecillo feo, modesto y sentimental dirigir alternativamente sus labios al vaso y su mano al papel. Mi hombre escribe cuando sueña, y sueña cuando bebe. Ha nacido con un talento inmenso para embarcar a los demás en proyectos que los vuelven infelices, y esto mismo es lo que va trasladando a sus cuartillas a intervalos regulares. Como quien ya ni pretende lavar las culpas por muchas misas diarias que oiga. Un desencanto de ser, que es parte del atractivo de las ciudades pequeñas. Un hermano, y casi me estoy temiendo que un espejo indeseable.

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