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4 de agosto de 2010
Jo!
J. Mª Gironella, Los fantasmas de mi cerebro, Planeta, 1982, p. 28. La primera edición del libro de Gironella, algo distinta, es de 1958. Su mal, la depresión, de principios de los 50.
La depresión y principalmente el vértigo...Tengo el libro los fantasmas de mi cerebro, y me lo compre de la forma que mas me gusta sin saber nada previamente de él.
“El acto más insignificante es un desafío, un atentado contra la serenidad, contra la paz. Quien besa o quien planta un árbol no sabe si practica el bien o el mal”...(jmg)
Que Dios me perdone, pero me hace gracia lo que cuenta Gironella (del que nada he leído) en la conferencia con la que se inicia su libro. Estaba realmente ido, antes de que se le manifestara el hundimiento anímico. Y lo que me hace gracia es que pensando que se iba a morir se le ocurriera lo del estanco para su esposa (a la vez que confiaba en el clavo de Cristo). Los estancos me parece que se concedían a las viudas de guerra (de los vencedores nacionalistas, naturalmente). O sea, que estaba ido, pero ese detalle totalmente prosaico no se le olvidaba. No lo digo bien... pero me ha hecho gracia...
2 comentarios:
La depresión y principalmente el vértigo...Tengo el libro los fantasmas de mi cerebro, y me lo compre de la forma que mas me gusta sin saber nada previamente de él.
“El acto más insignificante es un desafío, un atentado contra la serenidad, contra la paz. Quien besa o quien planta un árbol no sabe si practica el bien o el mal”...(jmg)
¡¡Buena coincidencia!!!
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Que Dios me perdone, pero me hace gracia lo que cuenta Gironella (del que nada he leído) en la conferencia con la que se inicia su libro. Estaba realmente ido, antes de que se le manifestara el hundimiento anímico. Y lo que me hace gracia es que pensando que se iba a morir se le ocurriera lo del estanco para su esposa (a la vez que confiaba en el clavo de Cristo). Los estancos me parece que se concedían a las viudas de guerra (de los vencedores nacionalistas, naturalmente). O sea, que estaba ido, pero ese detalle totalmente prosaico no se le olvidaba. No lo digo bien... pero me ha hecho gracia...
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