1 de septiembre de 2008

Soñaba

De un desastre a otro fui acumulando papel, polvo y desorden para que anidaran los insectos –entresoñó alguien que no sé si soy yo o un agente de bolsa.

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Dime, Señor, por qué, si te ha retirado de nosotros, me haces vivir en otro mundo cuando sueño. Como si multiplicaras en mi interior las vidas, para engolosinarme en la otra parte si mantengo la fe.

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Del gran atrabiliario Léon Bloy (definitivamente mendaz cuando se afirma y escribe partidario absoluto de una teocracia política) una idea llamativa de sus Diarios: San Ignacio y sus jesuitas, Descartes y sus mecanicistas, partícipes del mismo zeitgeist, que les hace, a unos y a otros, indistintos, apartarse del mundo y su luz, para entrar (metódicamente) en su interior, el contramundo, lo daimónico…

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