3 de septiembre de 2008

Franklin

Moral de almanaque:

No perder el tiempo ( = hacer por conseguir los céntimos del día), no perderse en gastos mentales…

Nadie va a decir que sea sencillo.

Ps. Querer ser como Robinson, que casi de sí mismo saca una isla con todo dentro ( = un mundo después del otro).

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El miedo es libre: nace en la consideración puntual de los actos ajenos, que son un misterio continuado---

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Pravda, los periódicos:

Una mentira no debería ser noticia. ¿Deberá serlo su negación? Ps. Sí el resultado de un juicio público, si en él se establece la verdad (legal) sobre un asunto. Una mentira, p. ej.

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¿Deben las autoridades religiosas ejercer la censura en los asuntos del arte? ¿Debe el arte insultar/atentar contra la religión?

Cada uno señalará que, en efecto, debe; y dará a ese término "deber" un hermano sinónimo que lo redima de su mal color: respeto a las creencias y libertad de expresión artística, respectivamente.

Bueno es que estas cosas se decidan en los tribunales europeos; i. e., que existan un espacio y un tiempo en el que no haya nadie que ostente la verdad y la administre. Las cartas de los lectores en las páginas de los diarios electrónicos testifican sobre esa muerte de la Gran Verdad. Que no será, como tal hecho luctuoso, algo positivo; pero que no dejará de serlo, en todo caso, si se recuerda el daño sacerdotal en la corriente del río histórico.

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Por el alma oído:

-No me interesa la poesía. Sin embargo, conviene que se recuerde la condición de la creatura, su déficit que reclama un Hacedor que no debería de helarse en teología de grandes verdades (y malos humos). Lo absoluto, abscóndito.

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Moral de mínimos:

Si tu ojo te escandaliza, mira para otro lado. A ver qué pasa.

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