3 de mayo de 2008

Irá de citas...

... , pensando que el mundo autónomo del texto traza el lugar de un sujeto independiente, vividor de la letra.

No será así, pero...

Cinegética trascendental, en un sentido debilitado y biológico, aunque peligroso por el uso que se pueda hacer -se ha hecho- de la igualación entre guerra ganada y felicidad---

...

Se me ocurre que uno de esos cazadores -del pequeño grupo transeúnte, de la muta- venga en caer en una idea novedosa, la de apartarse del grupo y de su objetivo. Le pasará a él, seguramente, algo como lo que le pasó a Nietzsche en lo alto de una montaña, cuando dijo a la dama que le encontró y que se interesó por su ocupación del momento, que estaba cazando pensamientos. (No encuentro en N. en España de Sobejano la cita del "episodio" que hace un autor español, que no recuerdo quién es, claro. ¿Ortega? Lo seguiré intentando. Lo prometo.) En cualquier caso, el filósofo, encaramado en un picacho (actualizando la imagen de Friedrich) o con riesgo de caer en el pozo para burla de las doncellas (el filósofo que ejerce no suele ser sexualmente atractivo, pues las mujeres son la verdad), se muestra como el que se ha marginado por la rareza de su oficio---

No tanto, no de esa manera! Quiero decir que el pensador no debe estar recogido en su brazo, aislado, no necesariamente. Puede apuntar lo común, el logos político o el logos puramente lógico, cerebral, sapiens, ajedrecístico. Hay, al respecto, un artículo/ensayo de Paul Johnson ("El ajedrez: un juego violento") en su recopilación Al diablo con Picasso... (ed. Javier Vergara, 1997) que nos recordará la condición: a) de la razón como violencia y dominación, b) de la razón en tanto que forma del mito, aunque sea reformado, y c) del hombre concebido como un ser que se estima imposible de salvar/se, condenado a la violencia desde el principio y el mito---

Dialéctica de la Ilustración! Claro.

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