19 de mayo de 2008

Con los buenos sentimientos...

... no surge la buena literatura: no resulta posible evadirse de este mundo de sufrimiento hacia otro más puro y posibilitante. El Réquiem de Ajmatova (ed. Cátedra) padece de ese lastre de la literatura-verdad, del documento de vida---

Para evitar considerar al Réquiem mala literatura habría que pensar, quizás con más justicia, que procede de malos sentimientos, pero que siguen siendo verdad---

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O evitar darle más vueltas al asunto: el Réquiem no es literatura, ni buena ni mala, sino un testimonio grandioso del dolor más íntimo y puro. Y si hubiera que elogiarlo, lo que me parece que no significa nada, me permitiría tomar prestado lo que dice Andrés Trapiello (en Los hemisferios de Magdeburgo) de las palabras de Tsvetaieva, otra de las grandes: que son arrebatadas del suelo por un viento helado que las va llevando por todos los lugares. Lo cual me parece uno de los elogios más bellos que yo haya escuchado nunca acerca de la obra de otro, puesto que supone eternizar lo que ha dicho alguien que, como Tsvetaieva, no es ni un cuerpo en una tumba: solamente el dolor anónimo inmortal. Lo que eterniza, por su parte, Ajmatova es su privadísima pasión, la prisión del hijo, la muerte del esposo, extendiéndola a cualquiera que sufre, considerando que en el recuerdo de la infamia es únicamente donde se puede construir su monumento---

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¿Cuándo empezó todo? Fue con los padres, que no supieron o quisieron educarnos… Que pensaron en ser padres sin saber los deberes que adquirían con el hijo. Luego fueron estropeándolo todavía más, añadiendo desidia al crimen primero, cometiendo nuevos crímenes en la educación del hijo. Nunca era bastante el daño que se le podía hacer al inocente.

Los hijos se convierten en los padres, vuelven al mismo error…


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Ayudan después los maestros, unos y otros, con su maldad, ignorancia, cobardía, volcando su ira sobre el niño, encima de un ser que todavía no está maleado del todo, como ellos...

(Qué fácil nos es escribir estas cosas y gritarlas. Fácil denunciar la falta de libertad responsabilizando al otro, a todos, al Otro. Fingimos creer que una persona librada a sí misma encontraría, por sí misma, el paraíso. No. Encontraría la muerte, la esclavitud suya o la de otro.)

Hablamos así, lo pensamos y lo escribimos, porque lo dicta la piedad, a causa de entender demasiado poco los hechos desagradables que se nos presentan a la vista: la violencia entre iguales, la incomprensión hacia los niños, tan fácilmente reproducible, los malos modos, la mentira. Por piedad advertimos que algo va mal, la primera vez que nos equivocamos, o que vemos que otros lo hacen... Por compasión, sin saber si nos equivocamos al sentirla, si no somos el objeto oculto de la compasión, llenos de miedo...


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De este título figura un solo ejemplar en la red de bibliotecas públicas españolas, y tampoco es que haya muchos en la red de bibliotecas universitarias. ¿Tan malo es? No creo que fuera inoportuna una lectura "en paralelo" de esta novela (encubierta autobiografía) de redención religiosa (caridad y amor) con alguno de los textos (encubiertas autobiografías) de Nietzsche. La atrabilis católica Vs. la atrabilis pagana (criptoprotestante). Una reacción similar, pareja en el tiempo, ante la vulgaridad burguesa, contra la insidiosa decadencia de los valores. ¿Qué son estos valores? Un estado de ánimo, una disposición a actuar o a dejar de hacerlo, una situación de bienestar en el cuerpo animal... Todo esto, si lo queremos... PS. ¿Nietzsche se dirige a Bloy? Creo que no, no estoy seguro. ¿Bloy se dirige a Nietzsche? Qué ignorante que soy (a mis años)! Debería escribirlo con la letra pequeña.

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Para el erudito los errores (fácticos, pues no debe tratarse de una simple fecha) deben suponer un baldón moral---

Si es cristiano, debe confesar---

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Imposible pensar, neurastenia. Sé que con la decisión de abrir el libro, cuando la lleve a cabo, una vez que la voluntad pueda más que el caballo contrario, se producirá el dulce olvido del miedo y la desesperanza. No seré yo en mí, sino en los pensamientos de otro.

Cuesta decidirse.

Todo sea por la ciencia -médica. Porque se escribe a causa de la enfermedad vital. Esto no significa nada, es. Lo que es. Verdad.

No se olvide: Ajmatova, grande.

2 comentarios:

Egoficción dijo...

Me estás picando con el librito de León Bloy. Ya te diré sobre lo del protestantismo nietzscheano. Por otro lado, amor y caridad son palabras mayores.

Pd: ¿De dónde has sacado la foto del libro? ¿Lo has encontrado?

Martín López dijo...

En efecto.