27 de noviembre de 2016

El uno y lo otro

No habrá nada más insistente que una mente obsesiva. Destruye vidas y quizás haciendas. Un listón muy alto siembra el camino de trampas: el perfeccionismo, los complejos de no estar a la altura, las angustias y la tentación de abandonarlo todo. Yo leo, mientras tanto, a Schumpeter.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre nos quedará la destrución ...........creativa.

Martín López dijo...

Enefectivamente.