2 de noviembre de 2016

Que McLuhan haya encontrado, en Inglaterra, c. 1936, el catolicismo, de la mano de Chesterton y su libro Lo que está mal en el mundo, podrá pertenecer al ámbito de la anécdota. O no, como decía aquel gran estadista galaico (el de después, no el anterior). Pero que reste la sentencia "el medio es el mensaje" como leitmotiv de su desleída obra posee un angélico significado para cierta soterrada corriente de hermenéutica paranoica. No aclaran más su intentio comunicativa, pero acreditan su conveniencia católica.

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