4 de noviembre de 2014

invenciones, imposturas

 En cuanto a la simulación del saber propiamente dicha, comenzamos a tener noticia de ella cuando filósofos como Sócrates desenmascaran a los sofistas de la antigua Grecia. Ahí se dan los primeros debates públicos que exhiben la charlatanería intelectual, pero seguramente en las sociedades teocráticas tuvo un mayor auge, cuando el dogma apuntalaba la autoridad de los sacerdotes. Lo que yo intenté en mi ensayo fue rastrear las supervivencias de esta charlatanería en el mundo intelectual contemporáneo: la utilización del argumento de autoridad para imponer modas literarias o corrientes de pensamiento, el empleo de jergas excluyentes en el mundo académico y la invención de un lenguaje hermético para ocultar la falta de ideas. Es sorprendente advertir que la impostura de las castas divinas se ha perpetuado hasta nuestros días en muchos ámbitos de la cultura. (E. Serna, novelista mexicano, en un texto de El Mundo donde se comenta también un libro de William Boyd que contiene la biografía de un artista inventado)

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