En esencia Rajoy acierta en el diagnóstico de la situación: se empieza denunciando la corrupción generalizada y se acaba por atacar el sistema y entregar la patria a los que la salvan con una escoba. Entonces, caben dos salidas, negar la corrupción u ocultarla prescribiendo que no se hable de ella. Dos maneras del silencio. Quizás haría bien Rajoy en ponderar sus propios méritos en la gobernanza. Encontró un país en crisis, lo salvó de ella, está convencido de que sí, y por el camino le salió de la casi nada un movimiento ciudadano que entiende la salvación de otro modo. Poder del sistema, ellos, Vs. sistema del poder, nosotros. We can, they say.
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