Y dale que te pego...
El señorito, también denominado energúmeno, puede ser Maravall:
En esta empresa participó toda una clase política, por acción o por omisión, así que aunque no señalo a nadie en particular, sí que quisiera destacar la hostilidad al latín y a la filosofía de un ministro de Educación cuyo padre había sido un destacado intelectual falangista. Ya decía Ionesco en el 68 que “los maoístas de hoy son hijos de los fascistas de ayer”. No sé hasta qué punto era maoísta este señorito socialista, que sostenía que el latín y la filosofía eran un obstáculo para el logro de una enseñanza igualitaria, ya que el dominio de esas difíciles disciplinas infundía al que las dominaba un complejo de superioridad sobre los que no podían con ellas.
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