El Beckett replica: en su opinión, un SCRITTORE, tiene que quemar muchos papeles.¿Quién no piensa en Franz ahora?
Blogger me avisa de que las leyes europeas, Dios las bendiga, me obligan a que avise a mis improbables visitantes y/o lectores de que mi blog usa cookies, pero a mí su aviso, incompetencia mía, seguro, no se me pone en la cabecera
4 de mayo de 2014
En Montauk
En la casa que se va reconstruyendo, para él y para Marianne (yo creía que se trataba de Ingeborg), en un remoto lugar de un valle suizo, aislado y sin luz la mayor parte del año, en un escenario que nos recuerda demasiado a Thomas Bernhard, pero en un país distinto, o quizás no tanto, Max Frisch se deja llevar en parte por el gusto y los consejos de los albañiles italianos. Uno de ellos presenta un parecido, en rústico, con el Nobel irlandés:
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario