15 de abril de 2014

A pesar de mis prejuicios me convierto en adicto a Breaking Bad, a su cultivo de la paradoja existencial ( un químico sometido a la química), las contradicciones morales ( hacer el mal como medio para conseguir el bien) y las imágenes hermosas de desierto y desolación, pero que no excluyen la carnalidad más bestia y el vértigo urbano. O sea, el todo según las leyes de la dialéctica. Puritito pleroma, que diría un querido compatriota de la otra orilla.

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