7 de noviembre de 2008

Tiene que confesar...

... nuestro pensador, dando razón al platónico sentir, que todas sus opiniones acaban siendo erradas. Errores: porque se arrepiente de lo dicho, por el daño que pudiera hacer o por su muy menguado rigor al expresar tal o cual creencia.

Reduciendo al absurdo, cabría imaginar que las ideas se entregan nada más que a una intuición silenciosa... de la que no ha de restar escritura.

No hay comentarios: