11 de mayo de 2016

Se escribe, lo que sea, para conjurar horrores y errores, para exorcizar demonios, para arrojar paletadas de tierra a los hechos, o para desenterrarlos. Aunque no hace falta, los hechos vuelven solos, décadas o milenios después. Y aquí la falacia se impone como verdad: fue, luego no debiste.

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