19 de marzo de 2015

Por la noche. Sigue la lluvia. El ánimo se trastoca.

Los textos de las revistas culturales, encontrados en la internet, leídos en la tablet, en el ordenador, impresos, etc.: algunos útiles, otros neoescolásticos y pesadísimos. Otros, las dos cosas, alternadas o a la vez. Lectura que se fija por ahí en un engrama secundario de la memoria, en un cajón que contiene a Borges, Kafka y sus precursores, a Pierre Menard y Gombrowicz, a Ricardo Piglia. Aunque yo siempre fui más bien de Cortázar, o de Elizondo o de Aulo Gelio, ahora. También leo a Aristófanes.

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