Padre e hijo llegaron poco antes de las 19 horas del domingo al centro penitenciario para cumplir su condena de dos años y dos meses de prisión por el caso Hacienda, uno de los mayores escándalos de corrupción en Cataluña. El constructor, de 83 años, entró al centro relativamente tranquilo. El hijo, de 55, se mostró en cambio “muy asustado”, según han explicado a este diario fuentes penitenciarias. (El País)
Yo sé que el que la hace la paga. Bendita ley del talión. Pero no me quito de la boca un cierto regusto amargo, pensando que un país que mete en la cárcel a un yayo de 83 tacos, sin ser criminal de guerra, es un país errado, un estado fallido...
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