25 de octubre de 2016

Ocasionalmente recordaba que le resultaba imposible una convivencia satisfactoria con sus congéneres. Cualquier locución que estos eyectaban irresponsablemente (si a causa de su necedad insita no daba para reputarles malvados) se le desplegaba en un árbol inmisericorde de ilocuciones. ¿Dónde querían ir a parar?

No hay comentarios: