Como Chance, el jardinero de la película de Sellers, Rajoy llegó a la cúspide de la política nacional por hablar poco, saber sonreír, decir ‘sí’ a su jefe (antes Aznar; hoy Angela Merkel) y soltar frases elípticas sin sentido que sus fieles interpretan como un oráculo mariano. (eldiario.es)
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