R. Service en El Mundo:
1.
- -Describe a Lenin como alguien arrastrado, a regañadientes, a reformas como la NEP en 1921. ¿La imagen habitual del Lenin calculador, cínico y pragmático es pura propaganda?
- -Lenin era un hombre impulsado por la ideología. Era un fanático. Era un creyente. Me recuerda a esos líderes católicos o protestantes fanáticos del siglo XVI que estaban dispuestos a matar para imponer en la Tierra el tipo de sociedad que creían dictada por Dios. En el caso de Lenin, claro, «Dios» no era una divinidad, sino Marx: era su autoridad suprema. Así que sí, era un creyente absoluto, pero también fue uno de los políticos más hábiles y ágiles de su tiempo.
- 2.
- ¿Ve rasgos del estado soviético en la actual Rusia de Putin o cree, más bien, que las comparaciones con la URSS banalizan su especificidad histórica?
- Desde luego veo comparaciones posibles entre Putin y Lenin. Y eso a pesar de que Putin detesta a Lenin. Lo odia. Nunca ha dicho nada positivo sobre él. Bueno, bravo por eso. Pero, aun así, está utilizando técnicas leninistas. Ha eliminado la disidencia pública. Ha ampliado el sistema penitenciario. Ha reintroducido la idea de que las ideas extranjeras deben ser tratadas como una amenaza. Ha concentrado un poder personal que recuerda mucho al de Lenin. Ha rehabilitado a la policía política, devolviéndole su prestigio. Se pueden establecer comparaciones entre Putin y Lenin. No hace falta admirar a alguien para copiarlo.
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