25 de noviembre de 2023

Se tiene la costumbre de firmar, con lápiz desde hace ya mucho tiempo, los libros adquiridos, poniendo mes y año. Algunos se escapan, como estas Lecturas españolas, de Azorín. Pero que por el sello de la librería me lleva a pensar que lo compré en Granada, en los 80. Regular o irregular estudiante, lector continuo, aunque con el método del desorden. La firma señala la propiedad, pero al cabo del tiempo es motivo de melancolía.

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