28 de abril de 2020

Descreo de otro orden que el de la enumeración, los ojos no encuentran más que fragmentos, cascotes de una vida edificada y caída.
Los malos traductores traicionaron la realidad cuando las torres: colapso, así trasladaban el espectáculo universal al mediodía (B., french thinker dixit), equivocando los hechos.
Fue el principio. En el principio era la destrucción, la caída del hombre, limitado a recoger fragmentos.
Tres, cuatro, quince años, ahora. La obra sigue.
El pensador piensa proposiciones que no abrazan lo real. Lo reflejan. Síncope, síncopa. Tic tac. Donde había una frase, quedan palabras esparcidas, hojas de un árbol ausente.

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