18 de febrero de 2017

Instruir deleitando

El divino reaccionario Espénglerez, del que no nos hemos olvidado, pretendía impartir cátedra tabernaria de una rama por él descubierta: la Economía Pedestre. Pretendía que se podía conocer el estado de la economía de un país mirando metódicamente al suelo. Esto es, situándose el observador en espacios muestralmente convenientes (grandes superficies, calles principales, estaciones de autobuses o trenes...) e ir anotando el aspecto de los zapatos: tipos, deterioro, limpieza... También recomendaba esta metodología a cualquier paseante curioso para que, aun en los pueblos pequeños, sustituyera la contemplación de las tejas y aleros por otra más aristotélica, dirigida a los pies transeúntes. Su crédito, añadía, no minusvaloraría por este cambio.

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