14 de agosto de 2007

Pero el desprecio...

... o la negación son fuentes magníficas de una nueva moral, con tal de que una saque la cabeza un poco:

Se comprende la vanidad universal y entonces uno se arroja a los caminos, casi desnudo para ir mejor hacia el universo---

O, sin salir de casa, se entrega la ascesis alcanzada a un trabajo inhumano, al que los demás no tienen por qué verle sentido---

Se ha renunciado a las conversaciones, tan continuamente tejidas de la despreciable vanidad---

En cualquier caso uno habla o escribe con un estilo propio, menesterosamente conseguido, que se aprieta contra el pecho igual que si fuera un mísero tesoro, de reconquistada creencia en el propio valor (el despertar del yo)---

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