13 de noviembre de 2010

... y entonces el alma

Buena parte de las conversiones ocurren en silencio, en una noche o en una ciudad. Dos pensamientos rotundos pueblan el aire calmado o la oscuridad, o le ponen sordina al ruido que viene de las calles. Esto sí, esto no. Luego, la luz que viene de las mañanas podrá acallarlos un tiempo, mas no enterrarlos. No se puede silenciar del todo aquello que contiene un cambio radical en la vida [, siendo el mayor de ellos el de la muerte; vid. Fedón].

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