15 de noviembre de 2010

La muerte y la rosa, II

... Y así luego,
al separarnos, al nutrirnos sólo
de sombras, entre lejos,
ellas
tendrán recuerdos ya, tendrán pasado
de carne y hueso,
el tiempo que vivieron en nosotros.
Y su afanoso sueño
de sombras, otra vez, será el retorno
a esta corporeidad mortal y rosa
donde el amor inventa su infinito
(P. Salinas, final de La voz a ti debida)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, muy interesante el articulo, muchos saludos desde Colombia!